DEL BAÚL DE POLIMNIA, 1
Un poema de amor a los libros
Los libros son equipamientos para la navegación. Amo navegar. Me gustan los ferrys, las jábegas, el water taxi de Boston y los galeones del dieciocho, pero no los cruceros ostentosos y cargados de ocio irritante. Me gustaría haberme embarcado en aquella ocasión en que Dioniso hizo brotar racimos y pámpanos del mástil.
Un periscopio con el horizonte
Si frecuenté los libros,
ciertos libros,
fue porque regalaban amistad,
bálsamos para el mal de la
rutina,
no sé qué compañía en noches
duras
o en el apetecer acantilados,
tertulias con mujeres y hombres
de cien plazas,
consolación en horas
de asombrosa miseria.
Sí, frecuento los libros porque
ellos me regalan
formas apasionadas de amistad:
fabulosos veranos envasados,
el amoroso arte de mirar
con ojos de palabras,
llaves para hospedarme en islas
mudas
-desnuda de cintura para abajo,
desnuda de cintura para arriba,
desnuda cuerpo adentro-
y posibilidades de zarpar
desde puertos antiguos y
canallas
con la tripulación de los
poetas.
Seguirás abrazando los libros
que regalan
su camaradería
y un periscopio con el
horizonte.
Aurora Luque
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